(Al Maghut)
De origen sirio, Muhammad Al Maghut, es considerado por la crítica como uno de los más destacados poetas árabes contemporáneos. Aunque en sus inicios no fue fundador del Movimiento de renovación del Verso Libre Árabe, fue sin dudas, uno de sus mas connotados exponentes.
Su origen humilde y autodidacta le dotó de una sensibilidad poética excepcional, lo que constituyó su pasaporte inmediato para el exclusivo circulo de los poetas vanguardista que buscaban la liberar al verso árabe de las garras de la clásica forma y fondo en la cual estaba sumergida por mas de quince siglos.
Adoptado por el movimiento vanguardista en la década de los 50 a su llegada a Beirut, su poesía fue acogida de manera favorable, ya que Al Maghut inyectaba un dinámismo excepcional a la vanguardia, llevandolo a participar activamente en el proceso de renovación junto con a poetas como Adonis y Yusuf Al Jal.
De lenguaje fresco y espontáneo, de imágenes que en su complejidad expresan sentimientos inusitados, de prosa amena y existencial, la poesía de Al Maghut difiere totalmente a la de sus colegas de vanguardia.
Y no es para mas, Al Maghut presenta al lector una poesía variada con un espíritu propio ingobernable y decidido, la cual a manera de descripción imita magistralmente las asociaciones hiperbólicas de su naturaleza poética misma y sus concepciones de libertad absoluta.
Y no es para mas, Al Maghut presenta al lector una poesía variada con un espíritu propio ingobernable y decidido, la cual a manera de descripción imita magistralmente las asociaciones hiperbólicas de su naturaleza poética misma y sus concepciones de libertad absoluta.
Su antipatía a las estructuras clásicas de la tradición de rítmica árabe, asi como el uso demasiado connotado que le diera al verso libre, colocaron sus versos en el mas alto peldaño de los poetas del Movimiento Renovador Árabe del Verso Libre, y uno de los mas apreciados en el Mundo Occidental.
LA SOMBRA Y SOL DE MEDIO DIA
Todos los campos del mundo
En desacuerdo con dos labios pequeños
Todas las calles de la historia
En desacuerdo con los dos pies descalzos.
Amor,
De ellos es viajar
De nosotros esperar
Ellos tienen horcas
Nosotros tenemos cuellos
Ellos tienen perlas
Nosotros las pecas y los lunares
Son dueños de la noche, el amanecer, el sol de la tarde y el día
Y somos dueños de la piel y los huesos.
Sembramos bajo el sol del mediodía,
para ellos comer en la sombra
Sus dientes son blancos como el arroz
los nuestros oscuros como los bosques desolados,
Sus pechos son suaves como la seda
los nuestos pechos polvorientos como cuadrados ejecución
Y, sin embargo, somos los reyes del mundo:
Sus casas están enterrados en las facturas y las cuentas
Nuestras casas están enterrados en las hojas de otoño
En sus bolsillos llevan las direcciones
de ladrones y traidores
En el nuestro llevamos las direcciones
de los ríos y tormentas eléctricas.
Son dueños de las ventanas
Somos propietarios de los vientos
Son dueños de los barcos
Somos dueños de las olas
Son dueños de las medallas
Poseemos el barro
Son dueños de las paredes y balcones
Somos dueños de las cuerdas y los puñales.
Y ahora, queridos
Venga, vamos a dormir en las aceras.
(tradución A.Mercedes)
Nelsón Olivera |
LOS EXTRAÑOS
Nuestras tumbas están oscureciendo en la colina
y la noche está cayendo en el valle.
camina entre la nieve y las zanjas
y mi padre asesinado sobre su caballo dorado.
En su pecho delgado
se agitan las toses de los bosques
y el murmullo de las ruedas destruidas
y el dolor perdido entre las rocas
canta una nueva canción al hombre errante
a los niños rubios y al rebaño muerto en la orilla pedregosa.
Oh montañas cubiertas de nieve y de piedras
Oh río que acompaña a mi padre en aquella tierra extraña,
dejad que me apague como una vela frente al viento.
Dejad que sufra como el agua alrededor de la nave
pues el dolor extiende su ala traidora
y la muerte colgada en la cintura del caballo
penetra en mi pecho
como la mirada de una adolescente,
como el dolor de un aire glacial.
ARDEN LAS PALABRAS
Poesía, inmortal cadáver, me aburres.
Líbano arde,
Brinca cual yegua herida al borde del desierto
Mientras yo busco a una chica robusta
Para rozarla en el autobús,
A un hombre de rasgos árabes
Para derribarlo en cualquier sitio.
Mi país se desploma,
Tiembla desnudo cual cachorro de león
Mientras yo busco un rincón retirado
Y a una aldeana desesperada para seducirla.
Diosa de la poesía
Que penetras en mi corazón cual cuchillo
Cuando pienso que compongo poemas
A una chica desconocida,
A un país mudo
Que come y duerme con cualquiera.
Puedo reírme hasta que la sangre
Fluya por mis labios.
Yo soy la flor letal,
El águila que golpea a su presa sin piedad.
Árabes,
Montañas de harina y placer,
Campos de balas ciegas,
¿queréis un poema sobre Palestina,
sobre conquista y sangre?
Yo soy un hombre extraño:
Tengo el pecho de lluvia
Y en mis ojos ausentes
Hay cuatro naciones heridas buscando su muerte.
Estaba hambriento,
Escuchando la triste música
Y dando vueltas en la cama cual gusano de seda
Cuando saltó la primera chispa.
Desierto: tú mientes.
¿Para quién es esta muerte púrpura
y la flor recogida bajo el puente?
¿Para quiénes son estas tumbas
inclinadas bajo las estrellas,
esta arena que nos das
cada año cual cárcel o poema?
Ayer regresó este héroe de labios delgados
Acompañado por el viento, los tristes cañones
Y su larga lanza brillando cual puñales desnudos.
Dadle un anciano o una prostituta,
Dadle estas estrellas y las arenas judías.
Allí
En medio de la frente
Donde cientos de palabras agonizan
Quiero la bala de gracia.
Hermanos,
He olvidado vuestros rasgos,
Aquellos seductores ojos.
¡Dios mío!
Cuatro continentes heridos en mi pecho.
Creía que conquistaría el mundo
Con mis ojos azules y mi mirada poética.
Líbano: mujer blanca bajo el agua,
Monntañas de pechos y garras.
Grita, mudo,
Alza los brazos
Hasta que estallen las axilas
Y sígueme.
Yo soy el barco vacío,
El viento cubierto de campanas.
Sobre los rostros de las madres y los cautivos,
Sobre los versos y metros decadentes
Verteré fuentes de miel,
Escribiré sobre árboles o zapatos,
Rosas o muchachos.
Aléjate, desgracia,
Bello muchacho encorvado.
Mis dedos son largos cual agujas
Y mis ojos son dos héroes heridos.
Desde hoy no habrá versos.
Cuando te derriben, Líbano,
Y se acaben las noches de poesía y frivolidad
Dispararé la bala en mi garganta.
(Tradución Al-farah laysa mihnati)
DESTRUCION DE UN POEMA
Estos truenos y olas ensordecedores
los horizontes oscuros
la arena esparcida
los pájaros vociferantes
los cráneos a la deriva
y el fango venido de todas partes,
no es un cambio de tiempo
es un simple punto de vista.
(Traducción de Manuel Jiménez Lucena)
EL ICONO
Escribo y borro, mi pluma es como la espada en la axila
porque yo escribo de la dignidad.
Escribo una palabra y devoro una cosecha
porque yo escribo del hambre.
Y como pan, bebo nubes
porque yo escribo de la sed.
Y dejo alimentar mi pluma donde quiere
porque yo escribo de la libertad.
(Traducción de Manuel Jiménez Lucena)
INVIERNO
Como lobos en una estación seca
Germinamos por todas partes
Amando la lluvia,
Adorando el otoño.
Un día incluso pensamos en mandar
Una carta de agradecimiento al cielo
Y en lugar de un sello
Pegarle una hoja de otoño.
Creíamos que las montañas se desvanecerían,
Los mares se desvanecerían,
Las civilizaciones se desvanecerían
Pero permanecería el amor.
De pronto nos separamos:
A ella le gustan los grandes sofás
Y a mí me gustan los grandes barcos,
A ella le gusta susurrar y suspirar en los cafés
Y a mí me gusta saltar y gritar en las calles.
A pesar de todo
Mis brazos se abren al universo
Esperándola.
(Tradución Al-farah laysa mihnati)
La primera vez que escuche los poemas de Al-Maghut fue de la boca de mi difunto abuelo Erminio García. Con los años fui creando consciencia y entendí que mas que un poeta Al-Maghut era todo un artista de las palabras.
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