"La Mandrágora opera con la virtud de una leyenda, como si un grupo de hombres australes hubiera intentado llevar la poesía "hasta sus últimas consecuencias", hasta donde el sueño
y la vida cotidiana dejen de oponerse contradictoriamente"
(Braulio Arenas)
El surrealismo, bueno "la imaginación no perdona"
(André Bretón)
El surrealismo chileno vino a llenar recónditos espacios literarios que sobresalieron mas allá de las fronteras intelectuales de un país famoso por el amor a las letras. Braulio Arenas, una de las figuras mas prominentes de nuestro Continente Americano frente al Movimiento Surrealista de André Bretón, fundó junto a otros poetas chilenos "La Mandrágora" un sub-núcleo surrealista y una de las corrientes mas genuinas de la poesía latinoamericana que se ha mantenido intacta a través de los años.
A manera conceptual la mandrágora es una planta milenaria ligada a la superstición y la hechicería. Según la Santa Biblia en su antiguo testamento, esta planta crecía en el Edén al pie del árbol de la vida y fue la razón de que Raquel, al tomar una infusión de esta yerba, quedara en cinta luego de haber sido estéril por años. Remontándonos a la Grecia antigua, Hipócrates también estudió por años esta misteriosa planta que a menudo tomaba forma humana, atribuyendo su misterio a que la misma crecía de los espermas y orinas demarrados en el suelo.
Así pues "La Mandrágora", tomando el valor supersticioso de su concepto, nació a merced de intercambios poéticos de Arenas con Jorge Cáceres, Teófilo Cid y Enríquez Gómez-Correa para eso del año 1932, según declarará el propio Arenas. Luego se le unieron otros poetas de renombre.
Los trabajos literarios de sus integrantes marcaron un hito en el plano literario y cultural de la Chile del siglo XX, impactando a una sociedad de mentalidad abierta y modernista a intercambios socio-culturales. Con intachable novedad discursiva y conceptual, los surrealista chilenos de "La Mandrágora" luchaban por imponerse a través de conferencias, revistas, volantes, folletos, boletines y porque no (la parte negativa del proceso) peleas, escándalos y agresiones terroristas como la sufrida por Neruda. Siempre abanderados por su ideal de "libertad absoluta" heredada de los Surrealistas.
"La influencia de la Mandrágora, sobre poetas latinoamericanos posteriores a su tiempo, ha sido más bien latente que ostensible" según el propio Arenas, ya que "La Mandrágora opera, en cierto sentido, con la virtud de una leyenda como si un grupo de hombres australes hubiera intentado llevar la poesía "hasta sus últimas consecuencias", hasta donde el sueño y la vida cotidiana dejen de oponerse contradictoriamente". En este sentido, sus integrantes tenían bien claro, que su movimiento al igual que el Surrealismo de Bretón, tenía una finalidad autónoma: "la Escritura automática", la negación de las normas al escribir y la libertad absoluta conceptual.
"Yo no busco: me busco"
(Braulio Arenas)
Al hablar de Braulio Arenas, todo el mundo recuerda a este insólito poeta, dramaturgo y novelista chileno de la vanguardia del siglo XX como una de las figuras latinoamericanas mas prominentes en el movimiento surrealista de André Bretón, o quizás como el inventor y/o fundador del grupo surrealista "La Mandrágora" junto a Cáceres, Cid, y Gómez-Correa, cuyo movimiento adoptó un estilo sin precedentes en la poesía latinoamericana, o tal vez por llenar las páginas de los periódicos chilenos cuando en 1984 fue reconocido como Premio Nacional de Literatura.
Es difícil asociar todo el material literario de Arenas, ya que en todas las áreas a las cuales incursionó su talento rindió merecedores triunfos. Su obra plagada de un sentir mas común que "realista" es la reinterpretación misma de los sucesos cotidianos, es por ello que la misma critica ha catalogado a Braulio Arenas como "un escritor para escritores".
EL MUNDO Y SU DOBLE
Comienzo del mundo
Manos demasiado ardientes
Bocas interiores que a todo ademán se duermen
Partes del cuerpo
Tú partes del cuerpo
Tú partes de las manos y de sus pupilas
Muestras con un ademán las gemas del encanto
Tú duermes reflexionas.
Sales al encuentro de un monstruo
Al bello día donde la piedad se hechiza
Piedras fulminantes del día de la espera
A ti a tus hombros producen estupor
Ver otros hombros en una sucesión de ahogadas
Bellas mujeres sobresalen del placer
Todavía estupefactas por la realidad
Aun dormidas por el sueño
Encantadas por amor ausentes por piedad
Sus hombros que laten
En sus ojos que encuentran a ciega
No vivas a ciega no vivas a respiración
Un fatal rayo atraviesa tus pestañas
Un cielo te acaricia
Muda entre la sangre y la piedad
(De El mundo y su doble, Ediciones Mandrágora, Santiago, Chile, 1940.)
UN SENO PARA CADA DÍA
I
Cómo responder no es cielo
de lanzas ropas de nieve
Cómo respirar o quién respira por ti
Si hay nombre para tanta impiedad
o pisadas para una ciudad entera
Huyen siguen la palma de la mano.
El viento de cal y de paloma
con ese abrir de cartas
y ellas con cerrar de molino
Los dos se educan mutuamente.
II
Interrogante álabe expuesto a todo rayo
A toda emanación de enigmas la luz regenerada
Los labios de esfinge la luz sale de ellos como un fénix
Y toma para sí un desierto de sueños de infancia y río un lenguaje inconsciente
El despojo invisible del que toda poesía se apodera
Y une la piel de mar a su espalda de gaviota diversa extravagante.
Cofres la eternidad desarma
Ellos giran en una laguna la dársena no olvides
Tus once ramas que el sueño subordina
Nostalgia con nostalgia
Los álabes que escuchan la corriente negra
Y ven mosaicos expandidos
Muros de ojos jamás incorporados
Nogales de arroyos defensores
Del vértigo íntimo de la libertad
Del terror visible del terror acústico
Y del sueño pulmonar y marítimo.
(De El mundo y su doble, Ediciones Mandrágora, Santiago, Chile, 1940.)
EL FUEGO TEMPORAL
Quienes arden en medio de estos imanes ya podridos
En la memoria a ras de pájaro a nivel de estatua
Cuyas corbetas rugen en la fosforación de los satélites
Con vidrio de colores y de la edad de los relámpagos tórridos
Para ser avizores por su nutrición de muebles de servilletas
En la retirada de los pastos en vista del incendio
Con sus espadas desinfectantes de odio y porvenir
O de bellos asesores de la muerte
Donde se ven las puertas retrospectivas
Las respuestas y su placer con islas más lejanas
Abiertas a una avidez de cabañas a un colmenar de intérpretes
Son vestidos sin luz
Son fascinadas sangres
Para rehuir un dado la demencia
Con buenas pestañas de uso irreal de charco
Veloz perfil cicatrizante de los lobos sumisos
Lento ataúd con independencia de volcán de transeúnte único
Si recorre su avenida instintiva quienes se arrojan al cerebro
Al perro cubierto de plomo a la belleza miras
Al placer ajeno la lámpara sobria de éxtasis
La lámpara ella mana su terciopelo atrapado
Sus raíces arrojan un vaho de perfume
Un cetro de brumas a las manos que sobresalen de sus ojos
Y ella se pone de pie y grita por azar
Y besa una falange de espejos de uniformes corbetas
Manda su sangre sus lobos de había una vez un hombre
Un fantasma girante sin salida
Duerma en almohadas rojizas en un almacén de peces
Cortan las olas con sus hachas de panes
Cifrados
Sobrecogidos delirantes ríos
Que pasan por una ciudad envenenada
Por un bolsillo de franela con tumbas de gas puro
Y migas de pan con todos sus guantes vivos
Con todos sus gorriones
Que salen de una prisión como enigmas permitidos
O luz que soporte la ráfaga llamativa
Narcotizada boca que como el molino va enredando piraguas
Con las lagunas precavidas de un reloj de sol
Giras su destino entre el conjunto de rostros que se atraen
Y vuelven a pasar por el amor con nombre de furor
Por el amor que mantiene sus abismos en reserva
Por costumbre.
(De 41 Poetas joven de Chile, Pablo de Rokha, Primera edición en un número especial de la
revista Multitud en 1942 y una segunda edición en formato libro en 1943 por editorial Multitud.)
Federico zarcos |
QUIEN ESTABA A SUS ESPALDAS
ES UN REFLEJO
Quien estaba a sus espaldas es un reflejo
La pasión medida, la pasión manuscrita
El rostro el fanal del arroz blanco
Donde se desliza un rostro lleno de aves
Para permitir la salida del éter
Por la lengua ventosa.
En todo para volver para nadar
Para suspender los pies del mármol
Para secar los senos de una sirena
Para respirar para encender los faros
Para levantar las manos con amor.
Yo esperaba menos de este último hoy
Del agua de los vidrios cruzados
Yo lo esperaba todo de una noche
De una palabra pronunciada en sueños
De unos ojos escritos manuscritos.
Sin embargo nadie sabía nada
Nadie respondía a aquella voz de sangre
Los estanques se respondían a reflejos
Las mujeres se concertaban en la luna
Los hombres estaban más misteriosos que jamás
Tanto como ranas sirviendo de raíces.
La casa misma de la cual se separaban
Del continente negro, del continente blanco
Desamarrados flotaban a encontrarse
Volaban a desunirse volaban como pestañas
Sus pestañas volaban como éter como polen
Un solo abismo se mostraba con un dedo.
Pero detrás de códices
El mismo hirviente nombre revienta en el aire
Revienta con ira sin obligación con muerte
La vida giraba a prisa con ascos era la luna
En el fondo de un continente reflejad su dado
Entrad apresuradamente antes que llegue el viento
Alguien con melancolía habla de sus sueños
El jardín abandonado se tumbaba
Sus fieras ya no comían
Sus luces estaban sordas
Sus mujeres estaban blancas.
(De 41 Poetas joven de Chile, Pablo de Rokha, Primera edición en un número especial de
la revista Multitud en 1942 y una segunda edición en formato libro en 1943 por editorial Multitud.)
Un merecido homenaje a Braulio Arenas a proposito de los 23 años de su muerte.
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