Las Palomas
(publicado en Safo: Las mas recientes poetas dominicanas, Noe Zayas 2004)
Las palomas vuelan
En un soplo de estupor revolotean:
te asfixian,
te comprimen,
invaden con su manto el tenue atardecer,
sucumben en tu regazo,
se aglomeran intranquilas.
Altaneras alzan el pecho
y te miran de reojo.
Graciosas danzan,
perpetuas,
inmutables.
En un mundo solo tuyo
de desplantes,
de altibajos,
donde infinitas alas vienen
hacia tus manos.
Muerte Solar
Las palomas vuelan
En un soplo de estupor revolotean:
te asfixian,
te comprimen,
invaden con su manto el tenue atardecer,
sucumben en tu regazo,
se aglomeran intranquilas.
Altaneras alzan el pecho
y te miran de reojo.
Graciosas danzan,
perpetuas,
inmutables.
En un mundo solo tuyo
de desplantes,
de altibajos,
donde infinitas alas vienen
hacia tus manos.
Muerte Solar
(publicado en Safo: Las mas recientes poetas dominicanas, Noe Zayas 2004)
El cae,
como cuando se es arrancado de la vida;
lame sin deseo las hojas esparcidas al azar
de un suelo agonizante.
Besa lastimosamente
las rosas sofocadas de un jardín lejano,
seduce su fuente cristalina.
Todo por calmar su sed.
El muere,
sin gemir ni implorar,
y su lengua dorada oscura
tiñe por instantes todo a su paso,
y como un homosexual herido
ultrajado de la vida se desliza
lento y frívolo
hasta el lejano ocaso
donde nuevamente renacerá.
Entonces se levanta,
airoso,
señorial,
como un bebe nuevo
y sofoca de golpe la tierra que le vio morir
y a unas cuantas rosas
inocentes a su añil,
voraz,
ineludible,
solar.
El cae,
como cuando se es arrancado de la vida;
lame sin deseo las hojas esparcidas al azar
de un suelo agonizante.
Besa lastimosamente
las rosas sofocadas de un jardín lejano,
seduce su fuente cristalina.
Todo por calmar su sed.
El muere,
sin gemir ni implorar,
y su lengua dorada oscura
tiñe por instantes todo a su paso,
y como un homosexual herido
ultrajado de la vida se desliza
lento y frívolo
hasta el lejano ocaso
donde nuevamente renacerá.
Entonces se levanta,
airoso,
señorial,
como un bebe nuevo
y sofoca de golpe la tierra que le vio morir
y a unas cuantas rosas
inocentes a su añil,
voraz,
ineludible,
solar.
Boceto del techo
(publicado en Safo: Las mas recientes poetas dominicanas, Noe Zayas 2004)
En el techo:
el espejo,
-dios sosegado-.
Envueltos en nieblas dos cuerpos
exploran el intermedio entre vivir o morir.
Imágenes que reproducen sin pudor
la catástrofe del siglo,
agónico,
perecedero,
mientras el silencio,
cómplice audaz de un tiempo corto
los disolvió en la nada brumosa
de unos besos futuros.
En el techo:
el espejo,
-dios sosegado-.
Envueltos en nieblas dos cuerpos
exploran el intermedio entre vivir o morir.
Imágenes que reproducen sin pudor
la catástrofe del siglo,
agónico,
perecedero,
mientras el silencio,
cómplice audaz de un tiempo corto
los disolvió en la nada brumosa
de unos besos futuros.
Sin Título
(publicado en Safo: Las más recientes poetas dominicanas, Noe Zayas 2004)
Degollas la noche,
desprendiendo una a una las estrellas
de un cielo inmensamente dormido,
haciendo colgar la luna a tu laberinto
de letargos traducidos a horas breves,
mientras haces correr la sangre
hasta mis praderas.
Volátil huyes,
felinamente,
-después de haber comido mi carne-
con un quejido lento
robando los últimos besos a mi boca
ínfima a otra pasión terrestre.
Vuelan mis palomas
hacia la lejanía de tus palabras
-lúgubre a otro sol rosado-
embeleciéndome con su perfume
de otros aires
Déjame Acariciar
(publicado en Safo: Las mas recientes poetas dominicanas, Noe Zayas 2004)
I
I
Déjame acariciar el magma de tu vida
que tu tierra sangre
cosida al cordón umbilical
del deseo desaforado de tus ojos
que titilan ante mi imagen
borrada ya a tientas.
II
Déjame enredar mis serpientes
en tu cuerpo de cartón
aplastando las estalactitas
de tu cielo chamuscado
impune a otro rayo de luz
en la humedad perpetua de mi lengua
carbonizada al contacto de tu piel
Que bueno saber de ti, encontrarte en este espacio, y a esta hora, me gustaría saber de ti y tus nuevas creaciones,
ResponderEliminarNoe Zayas
angelesdefierro@hotmail.com